El CCCB ha sido y debe ser un espacio importante para las artes vivas en la ciudad. Por eso este Sâlmon‘22 se vincula y se implica en las dinámicas y proyectos que ahora mismo allí se articulan. Con la inspiración que provoca el planteamiento de la exposición “La máscara nunca miente” que confluye temporalmente con el festival, se ha tejido un programa entre propuestas locales e internacionales donde las disciplinas friccionan y ocupan el lugar de la liminalidad para transitar la noción de biopolítica desde las narrativas corporales y sus saberes.